La adrenalina es deporte nacional
El mar anda empeñado, en Gran Canaria, en que todos nos subamos a una tabla. Al menos una vez en la vida. Al menos probar. El océano entero parece haberse conjurado para que cada vez más gente se sume en la isla a la práctica del surf. Y a la práctica del bodyboard. Y del windsurf. Y ahora en los últimos años, al kitesurf.
Y por eso, por culpa de esta conjura océanica, no dejan de llegar buenas olas a Gran Canaria. Día tras día. Buenas olas, de tamaño medio, para los novatos. En playas donde es fácil y requetefácil empezar a aprender. Y también buenas y grandes olas para los surferos más veteranos. Olas escondidas en lugares apartados, porque a los muy buenos les gusta surfear así. A solas y sin dar conversación.
Y además, anda el mar empeñado en enviarnos los mejores vientos de este hemisferio y parte del otro. Para que los windsurferos y windsurferas de Vargas y Pozo Izquierdo no paren de correr de aquí para allá, con la extraña manía de volar sobre el agua que te entra en las playas del sureste grancanario.
Y quizás no nos creas, pero es normal en Gran Canaria, en cuanto llega la noche y empieza la hora de caer roque, que el mar se cuele por las ventanas de las casas. Parece un cuento, pero es verdad. El océano nos habla al oído. Nos habla, es verídico. A veces un miércoles, a veces un viernes, a veces un lunes. Y nos dice en voz baja: “mañana grandes olas” o nos dice: “mañana viento en Pozo”. Y te quedas dormido con el ruido marino. Contando olas.
Y es por esto, querido amigo, querida amiga, que te recomendamos que en tu viaje a Gran Canaria dejes atrás los prejuicios. Porque como de repente sientas la llamada oceánica, te vemos entrando por la puerta de cualquiera de las escuelas de surf de la isla. Sin entender del todo el por qué. No serás el último que se anima de repente a probar.
Y todo por culpa de esta dichosa conjura océanica. La conjura entre el oceáno, el buen tiempo y los vientos alisios que cubren Gran Canaria. Una conjura marina que obliga a los que vivimos aquí a probar al menos una vez. Prueba tú también. Una vez.
Y luego nos cuentas…
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