lunes, 4 de julio de 2011

Geografía



Está formada por las islas más orientales del archipiélago canario: Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y otras de menor entidad como Alegranza, Graciosa, Lobos, Montaña Clara, Roque del Este y Roque del Oeste. Se sitúa cerca del litoral africano, el cual le ha dado, sobre todo a Lanzarote y Fuerteventura, su impronta, tanto en el clima como en el relieve. Las temperaturas, por su situación meridional tropical, deberían ser extremadas, pero por el carácter insular adquieren mayor suavidad. Las precipitaciones son muy escasas, aunque no tanto como en el litoral sahariano del que formaron parte. En cuanto al relieve, son islas típicamente volcánicas, de lo que da cumplidas muestras su topografía.
Gran Canaria, con sus l.532 Km2, ocupa una posición central en el archipiélago y es de forma redondeada. El punto máximo de su acusado relieve montañoso se alcanza con el Pozo de las Nieves que, con sus l.949 m., domina toda la isla; a su lado, se alza el Roque Nublo, con l.851 m. Su forma redondeada y su abrupto relieve central han dado a la isla una red fluvial radial. Estos ríos, a pesar de ser meramente temporales, han originado en su erosión grandes calderas, como la de Tejeda y Tirajana. Su formación eruptiva se hace bien patente en los grandes mantos de lavas que se extienden por gran parte de la isla, y en campos de lapilla y cenizas, efecto de las cuales ha sido la formación de La Isleta. Destacan los ríos Canical y Temisas, que no alcanzan el centenar de km. Fuerteventura, de l.658 Kmz, es la segunda gran isla del archipiélago, con una orientación NE-SO; está separada de Lanzarote por el estrecho de La Bocaina. En su relieve casi plano, sólo destacan, como producto de las erupciones volcánicas miocénicas y pleistocénicas, el pico de landía con 807 m., junto al que se alza el macizo de Betancuria (726 m.), y la montaña Muda con 683 m. Sus ríos, al igual que en todas estas islas, son eventuales; sobresale el Tetir.
Lanzarote, en sus 806 Kmz, tiene escasa elevación; sus dos macizos están separados por una depresión; por un lado, las Peñas de Chache (671 m.), al N de la isla; y, por otro, monte Corona, de 660 m., y Hacha Grande, de 561 m., en los Ajaches. El único río que lleva agua, aunque temporalmente, es el jable.
La provincia de L. P. tiene 4.072 Km’ y 900.000 hab. en 1990 (221 hab/Km2, bastante más del doble de la media española). Esta población se ha desarrollado extraordinariamente, con un incremento del 30 °/.. anual, uno de los mayores de España, debido sobre todo a una continuada afluencia del exterior a causa del turismo y a un crecimiento vegetativo notable: 250.991 hab. en 1930; 453.793 en 1960; 574.932 en 1970; 756.353 en 1980. Sin embargo, esta densidad es engañosa, ya que la gran mayoría vive en Gran Canaria, y dentro de ella en la capital, L. P., y sus alrededores. Por el contrario, en Lanzarote y Fuerteventura la despoblación es relativamente muy acusada, ya que la primera alcanza unos 80 hab/Km2 y Fuerteventura unos 20, a consecuencia de una fuerte emigración, dirigida sobre todo a Gran Canaria. Ésta tiene una der,~idad de población de más de 445 hab/Km2, acumulada principalmente en el Nordeste de la isla.
Del total de la población, la activa supone un 32%, ligeramente por debajo de la media española. La población activa se distribuye en esta provincia muy desigualmente: sector primario, 8% del total (39070 en 1970: 35010 la agricultura, 4010 la pesca); sector servicios, 49010; industria, 9010; construcción, 8010; y población en paro, 26010. Esta estructura de población activa es típica de zonas semidesarrolladas. La agricultura representa el 2,5010 de la producción neta de la provincia; la pesca, 3,3010; la industria, 10,4070; la construcción, 9,6010; y los servicios, 74,2010. La producción neta total fue de 460.050 millones de pts. en 1985, que viene a ser la media de las provincias españolas, entre las que L. P. ocupa por este concepto el puesto 16 (en 1960 ocupaba el 28). La renta per capita para ese mismo año de 1985 era de 567.744 pts. (24 puesto provincial; en 1960, el 27), que representaba un 88,8% de la media nacional.
A la agricultura se le ha prestado una gran atención, centrada en el cultivo de hortalizas y frutas frescas, principalmente el plátano. Estos productos de gran rendimiento se encuentran en Gran Canaria, casi exclusivamente en las tierras bajas del Norte y Nordeste. A mayor altura, aparecen cultivos de secano. También se cultiva con buen rendimiento el tabaco, que adquiere buenos precios en la industria local de este producto. En las islas de Fuerteventura y Lanzarote, debido a la extrema aridez y a pesar del cultivo sobre campos enarenados, sólo se obtienen pobres cosechas de cebada, legumbres y hortalizas. La ganadería es pobre e inexistente en muchas zonas; Lanzarote y Fuerteventura tienen algunas cabras, ovejas y camellos, estos últimos utilizados como animales de carga y tiro.

En cuanto a la actividad industrial, sobresale la producción de tabaco, industria química y de la construcción, especialmente la naval en los astilleros del Puerto de la Luz. En el sector de servicios, junto al comercio, ha tomado un enorme incremento el turismo, desarrollado gracias a la benignidad del clima.
Esta población y economía encuentran serios problemas en la escasez de comunicaciones, tanto internas como con la Península; comunicaciones que sólo unen los puntos principales de población. Las villas más importantes de la provincia se encuentran en la isla de Gran Canaria. La capital, Las Palmas de Gran Canaria (v. 1), con 400.000 hab. en 1990, se ha extendido a lo largo del peñón de La Isleta. A su lado, destacan Telde (70.000 hab.), San Bartolomé de Tirajana (55.000), Santa Lucía (30.000), Arucas (29.000), Ingenio (23.000) y otras de menor importancia como Gáldar y Guía. En Fuerteventura la única villa de alguna importancia es Puerto del Rosario; las demás son pequeñas poblaciones, como La Oliva, La Antigua y Gran Tarajal. En Lanzarote, Arrecife (32.000 hab.) es la localidad más poblada, a la que siguen Teguise y San Bartolomé.

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